Cómo Sir Galahad, Sir Bors y Sir Percival son alimentados con el Santo Grial, pero la hermana de Sir Percival muere de todas formas, de Dante Gabriel Rosetti (1864)
El destino, heredado de su padre, obligó al enigmático Galaad a perseguir el Grial. Sólo después de haberlo alzado entre sus manos pudo desprenderse de la ceñida cota de malla, liberar sus senos y desaparecer tomada de la mano de su escudero, el único, entre tantos caballeros, que mirándola a los ojos había conseguido desentrañar su secreto.
Cuando el tiempo la redujo a unas manos de uñas rotas y a un vientre condenado a parir los hijos que, año a año, le arrebataban el hambre y las guerras, lamentó haber renegado de ser aquel puro caballero asexuado que aún hoy día sigue dando pábulo a las leyendas.
Cuando el tiempo la redujo a unas manos de uñas rotas y a un vientre condenado a parir los hijos que, año a año, le arrebataban el hambre y las guerras, lamentó haber renegado de ser aquel puro caballero asexuado que aún hoy día sigue dando pábulo a las leyendas.